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Optar por la vida

En muchas oportunidades arrebatados por la tristeza, la desesperanza, la depresión, el desconsuelo, la culpa, la soledad, etc., muchas personas piensan en darse por vencidos, es ahí cuando surge el suicidio como una alternativa viable para calmar la tormenta que existe dentro del alma. La verdad es que casi el 100% de las personas nos hemos planteado esto como una posibilidad en situaciones extremas, momentos donde la conciencia se nubla y todas las condiciones se nos presentan adversas. Muchas personas lo manifiestan abiertamente con un sincero “quiero morir”, otras lo llevan dentro de su corazón como un pensamiento que les genera culpa por el dolor que causarían a sus seres queridos, vergüenza y mucho temor de llevarlo a cabo. El primer paso para prevenir el suicidio en cualquier caso es pedir ayuda inmediata y no bajarle el perfil, porque la existencia de estos pensamientos delata que la persona que los habita posee un dolor con el cual no puede lidiar. Al pedir ayuda, será posible conocer el fenómeno que da lugar a estos pensamientos, sus características, los factores que intervienen en él y cómo distinguirlos. Cómo podemos erradicar este pensamiento? La terapia psicológica (con control psiquiátrico) en estos casos es fundamental, una vez que tenemos individualizados el o los fenómenos a la base de estos pensamientos, podemos abordarlos y trabajarlos. Paralelamente elaboramos una conciencia plena de lo que representa estar aquí y ahora, para simplemente poder darnos cuenta de todo lo bueno que representa vivir, desde el simple acto de sentir el fresco aire que puedo hacer recorrer por todo mi cuerpo con tan solo inhalar, hasta hacernos conscientes de lo maravillosos que son nuestros sentidos, nuestro cuerpo, nuestras habilidades, cosas tan propias de nosotros que no siempre valoramos y que son así sencillamente tesoros infinitamente superiores a las ideas que nos hacen sentir derrotados. Siempre hay algo más que hacer, somos seres únicos y capaces de salir adelante ante cualquier adversidad, solo necesitamos trabajar en reconstruirnos en nuestra mejor versión aprendiendo a utilizar para ello las herramientas correctas.


Psicóloga Romina Maroli.





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